Mientras aumenta la represión y el número de muertos en las manifestaciones, varias agrupaciones cristianas condenan la «sistemática opresión»

ACN.- Continúan en Irán las protestas iniciadas el 16 de septiembre por la muerte violenta de la joven Mahsa Amini, de origen kurdo, a manos de la policía de la moral, por supuestamente no llevar correctamente el velo islámico. La dura represión ha dejado ya más de 90 manifestantes muertos y centenares de heridos. Varias organizaciones cristianas de Irán han hecho público un comunicado, del que informa Asia News, para condenar la «sistemática opresión» y pedir «libertad e igualdad de derechos para todos los iraníes».

«Hamgaam Council of United Iranian Churches, Article18 y Pars Theological Centre, como parte de la comunidad cristiana iraní, declaramos nuestra solidaridad con la familia de Mahsa Amini y apoyamos su demanda de justicia» -afirma el comunicado-«Y como ciudadanos de nuestro país condenamos al unísono la opresión sistemática de las mujeres y la violación generalizada de los derechos humanos en Irán».

Valentía sin precedentes

Estos movimientos cristianos elogian «la valentía sin precedentes» que da origen a las manifestaciones y atacan la obligación del velo, al que definen como una «clara violación de los derechos humanos» y por ello debe ser cancelada «al igual que otras normas discriminatorias». “Estamos todos unidos -continúan- sin distinción de etnia, religión, idioma o credo, en esta lucha contra el dolor compartido por la injusticia, la opresión y la dictadura religiosa, así como por nuestra esperanza de vida, libertad e igualdad”.

En los últimos 43 años, desde la Revolución Islámica de 1979, muchísimas Mahsa Amini han encontrado la muerte “solo porque pensaban de manera diferente” y por eso “oramos por las familias de las víctimas, para que puedan encontrar la paz en Dios. Y recordamos -concluye la nota- a todos nuestros compatriotas cristianos que debemos estar junto a los que no tienen voz y los oprimidos, defendiendo sus derechos como enseña la Biblia y el mismo Jesucristo con su vida”.

Cristianos de Irán: ciudadanos de segunda y conversos ocultos

Los cristianos de Irán se calcula que son unos 600.000, alrededor del 0,7% de la población del paíssegún datos del Informe Libertad Religiosa en el Mundo que edita la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). Los bautizados que pertenecen a las Iglesias tradicionales registradas, como la Iglesia apostólica armenia o la Iglesia católica caldea, tienen libertad de culto y se organizan alrededor de sus templos, algunos de los cuales datan de los primeros siglos del cristianismo. Pero no existe plena libertad religiosa en Irán ya que, entre otras cosas, no hay libertad para manifestar públicamente cualquier fe que no sea el Islam.

A pesar de las grandes limitaciones, hay numerosos fieles conversos que proceden de familias musulmanas, cuya cifra es muy difícil de saber porque viven su fe de forma oculta. Estos conversos son los que sufren las peores consecuencias de la falta de libertad religiosa en el país. La convesión a otra religión dirente del Islam está considerada como «apostasía» y se considera un gran delito que es penado con la muerte. Estos cristianos conversos suelen estar más vinculados con Iglesias protestantes, que no están registradas por el gobierno. Normalmente se reunen en casas, en pequeños grupos.

Libertad religiosa en Irán

Según organizaciones como Puertas Abiertas, la libertad religiosa ha empeorado en los últimos años en Irán, debido a un nuevo código penal. El origen de la persecución contra los cristianos y miembros de otras minorías religiosas son la opresión islamista, el sistema teocrático nacional, la opresión de los clanes, corrupción, crimen organizado y proteccionismo confesional. Estas hostilidades, muchas veces violentas, suelen llegar de la mano de grupos radicales presentes entre los funcionairos del gobierno, líderes religiosos o étnicos, partidos políticos radicales y grupos paramilitares.

Mientras se suceden las protestas por todo el país, Teherán refuerza su sistema represivo, arrestando a numerosos activistas y periodistas, así como personalidades públicas que han mostrado su apoyo a los manifestantes. El gobierno ha pedido el fin de las protestas y ha señalado que estas sirven de pretexto para el aumento de ataques terroristas de grupos radicales e independentistas kurdos o baluchis. Internet ha sido cortado en el país, para frenar la comunicación entre los manifestantes y contrarrestar los mensajes en favor del fin del uso obligatorio del velo islámico.

Deja una respuesta