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Hoy quisiera detenerme en la figura de san José como hombre que sueña. En la Biblia, como en las culturas de los pueblos antiguos, los sueños eran considerados un medio a través del cual Dios se revelaba. El sueño simboliza la vida espiritual de cada uno de nosotros, ese espacio interior, que cada uno está llamado a cultivar y custodiar, donde Dios se manifiesta y a menudo nos habla. Pero también debemos decir que dentro de cada uno de nosotros no está solo la voz de Dios: hay muchas otras voces. Por ejemplo, las voces de nuestros miedos, las voces de las experiencias pasadas, las voces de las esperanzas; y está también la voz del maligno que quiere engañarnos y confundirnos. Por tanto, es importante lograr reconocer la voz de Dios en medio de las otras voces. José demuestra que sabe cultivar el silencio necesario y, sobre todo, tomar las decisiones justas delante de la Palabra que el Señor le dirige interiormente. Papa Francisco
Medios de transporte
Una moto, una barca, una bici, incluso un burro, se convierten a veces en medios imprescindibles para llevar la Palabra de Dios a los lugares más recónditos. Los futuros sacerdotes necesitan vehículos para su trabajo pastoral desde el seminario: visitar a enfermos, cuidar a familias sin recursos, a ancianos que viven solos, impartir catequesis…
Formación y sostenimiento
Cada vocación debe cuidarse con sumo esmero, más aún en los países más desfavorecidos. Y ello implica hacer frente a gastos de alojamiento, de manutención durante su estancia en el seminario; proporcionar becas y ayudas a la formación; sostener a los instructores y financiar cursos y retiros espirituales, para su formación espiritual y su compromiso pastoral.
Construcción
Los futuros sacerdotes deben contar con instalaciones y condiciones de vida dignas para su formación académica y espiritual. Los seminarios tienen que hacer frente a la reconstrucción y mantenimiento de sus edificios, al acondicionamiento de habitaciones… y esto supone siempre un elevado coste al que muchas veces el centro no puede hacer frente.
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN Perú) sirve a la Iglesia católica en su labor evangelizadora, prioritariamente en las comunidades más necesitadas, discriminadas o perseguidas. Cuenta con 23 oficinas en el mundo desde donde lleva a cabo campañas de sensibilización, oración y recaudación de fondos para responder a las necesidades pastorales y de emergencia de la Iglesia que más sufre. Gracias a la generosidad de sus benefactores, financia, cada año, una media de 5.500 proyectos cada año, en 138 países de necesidad y persecución religiosa.
Ayuda a la Iglesia Necesitada
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