El padre Isaac celebra la Santa Misa del Domingo en la diócesis de Mendi, en Papua Nueva Guinea.
Ofrece una Misa Especial por tu Relación sentimental y Contribuye a la Misión de la Iglesia
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En San Valentín, más allá de los gestos comerciales, te invitamos a profundizar en el amor como un don de Dios. «El amor es paciente, es servicial… todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Corintios 13,4-7). Por medio de una Misa especial puedes presentar tu relación ante Dios, buscando Su bendición y guía.
Si deseas que tu relación actual refleje el amor de Cristo, ofrece una Misa para pedir la gracia de vivir conforme a la voluntad divina. «Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios» (1 Juan 4,7).
Pide por la fortaleza y crecimiento de tu relación. «El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne» (Efesios 5,31).
Si están comprometidos o llevan un tiempo juntos, ofrece una Misa para que Dios bendiga su camino hacia el sacramento del matrimonio. «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Mateo 19,6).
Si buscas a alguien con quien compartir tu vida, ofrece una Misa para pedir la guía de Dios. «Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón» (Salmo 37,4).
San Valentín, nacido alrededor del año 175 en Interamna Terni, cerca de Roma, fue un sacerdote y obispo reconocido por su profunda fe y dedicación a la evangelización. Durante el reinado del emperador Claudio II, quien prohibió los matrimonios entre jóvenes para fortalecer su ejército, San Valentín desafió este decreto injusto celebrando matrimonios en secreto, defendiendo así el sacramento del amor.
Su valentía y compromiso con la fe lo llevaron a ser arrestado. Durante su encarcelamiento, realizó un milagro al devolver la vista a Julia, la hija ciega del oficial Asterius, lo que provocó la conversión de toda su familia al cristianismo. A pesar de estos hechos, San Valentín fue martirizado el 14 de febrero del año 270, ofreciendo su vida en defensa del amor verdadero y la fe en Cristo.
Su legado perdura como símbolo del amor sacrificado y la valentía en la fe, inspirando a parejas y fieles a vivir el amor según los principios cristianos.
El padre Isaac celebra la Santa Misa del Domingo en la diócesis de Mendi, en Papua Nueva Guinea.
Al ofrecer una Misa no solo llevas tus intenciones ante Dios, sino que también ayudas a que más de 40.000 sacerdotes en todo el mundo puedan continuar su labor misionera. «El que recibe a un profeta en cuanto profeta, recibirá recompensa de profeta» (Mateo 10,41).
«Ofrecer una Misa para nuestra relación fue el mejor regalo de San Valentín. Nos sentimos más unidos y bendecidos.»
– María y Juan
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN Perú) sirve a la Iglesia católica en su labor evangelizadora, prioritariamente en las comunidades más necesitadas, discriminadas o perseguidas. Cuenta con 23 oficinas en el mundo desde donde lleva a cabo campañas de sensibilización, oración y recaudación de fondos para responder a las necesidades pastorales y de emergencia de la Iglesia que más sufre. Gracias a la generosidad de sus benefactores, financia, cada año, una media de 5.500 proyectos cada año, en 138 países de necesidad y persecución religiosa.
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